El Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Santa Fe, en un fallo adoptado el pasado viernes 12 de mayo, resolvió condenar a Eliana Bordón a la pena de 10 años de cárcel y afrontar una multa cercana al millón de pesos, luego de encontrarla culpable de comercializar estupefacientes en un kiosco que había montado en su casa, ubicada en la muy transitada Avda. Brasil de la ciudad de Rafaela.
El veredicto, firmado por el Juez de Cámara José María Escobar Cello alcanza también a Facundo Boretto, a quien el tribunal le endilgó la figura de tenencia simple de estupefacientes, pero lo eximió de la pena.
El caso que en esta oportunidad sentó a Bordón en el banquillo de los acusados viene de dos expedientes judiciales distintos.
Por un lado, uno iniciado en marzo del 2022 por parte de la Policía Federal Argentina (y también de una investigación por otro caso que estaba realizando la Prefectura), donde se informaba la comercialización de estupefacientes en varios domicilios de la ciudad de Rafaela y que la “proveedora” de esos “kioscos” era Eliana Bordón.
Esas conjeturas se confirmaron en tres allanamientos practicados en abril de ese año en calle Nicasio Oroño, Bollinger y Avda. Brasil, donde se secuestraron, en total, casi 60 mil pesos, celulares, cocaína y marihuana fraccionada para la venta y un revolver calibre 38.
Dos meses después, otro expediente con el nombre de Bordón (quien ya había sido procesada por su actividad criminal) llegó a la Fiscalía del Dr. Gustavo Onel. Esta vez, la Policía Federal había detectado, mediante fotografías y filmaciones, nuevamente maniobras de narcomenudeo en la finca en la que estaba cumpliendo arresto domiciliario.
El allanamiento de las fuerzas antinarcóticos ocurrido los primeros días de julio del 2022, encontraron a Bordón con 120 “bagullos” con cocaína, marihuana, más de medio millón de pesos, celulares, anotaciones a mano alzada y una nueva arma: Un revolver calibre 38 y municiones.
.jpg "Allanamiento, secuestro de droga lista para la venta, armas y una mujer detenida")
Un altar al Gauchito Gil y la pagana creencia que lo vincula al mundo criminal
Desde el regreso de una pareja, pasando por el auxilio para sortear el flagelo de las drogas, hasta la suerte de los delincuentes. Todo se lo atribuye al “Gauchito Gil”. A él le rezan en el submundo del delito, invocando su protección y su “poder” de desviar las balas.
El último allanamiento a Bordón se encontró con un altar a este santo popular erigido en el interior de su casa. Los agentes hallaron “el 38” ofrendado al “Gauchito”. Una práctica común para quienes le piden “favores”.
Por ejemplo, en Pcia. de Buenos Aires, en 2015, un grupo de delincuentes le robó el arma a un gendarme que esperaba el colectivo y le cortó los dedos “como ofrenda para el Gauchito”.
En otro episodio, un allanamiento practicado en un populoso barrio bonaerense encontró un altar al “santo de los humildes” con las llaves de los autos que una banda criminal robaba.
Sin embargo, pese a su fuerte vinculación con el mundo del hampa, el “Gauchito Gil” va más allá y caló muy profundo en la religiosidad de una gran cantidad de personas, que año a año peregrinan hasta su santuario en Corrientes para rendirle culto.
Un prontuario voluminoso, varios allanamientos y la impunidad de usar a los hijos para seguir delinquiendo
Bordón, quien actualmente está detenida en el Complejo Penitenciario de Mujeres U-5, llegó a este juicio con varios expedientes en la Fiscalía y el Juzgado Federal de Rafaela: Todos por infracción a la ley 23.737 de Tenencia y Tráfico de Estupefacientes, casi siempre cometidos en la vivienda que ocupaba en barrio Alberdi y muchos de ellos, aun cumpliendo arresto domiciliario.
Durante varios meses, hubo una disputa legal entre la Fiscalía Federal que dirige Gustavo Onel y los diferentes tribunales que recibían el procesamiento de Bordón que siempre terminaba siendo beneficiada con arresto domiciliario. El argumento en el que se basaban los jueces era que velaban “por el interés superior” de los hijos menores a estar con su madre.
.jpg "Se terminó la impunidad de quien usaba a sus hijos para no ir a la cárcel")
Sin embargo, en la práctica, este beneficio se constituía en una “carta blanca” para seguir comercializando estupefacientes, según se habían confesado con Rafaela Noticias fuentes con acceso privilegiado al litigio.
