Cristina Coggiola, en una conversación con Radio Mitre Santa Fe, compartió los sentimientos encontrados que rodearon su dolorosa determinación de cerrar el tambo familiar, una empresa que perduraba desde los años 60 y representaba una profunda herencia. "Fue difícil tomar la decisión de cerrar el tambo familiar, porque era de tradición, mis abuelos comenzaron a gestionarlo en el año 60 mas o menos y la verdad que hoy, tomar la decisión de cerrarlo es muy fuerte porque es algo de la familia, el legado que no se puede continuar", expresó
Cristina explicó que la intención original era que el tambo fuera legado para sus hijos, un símbolo de dedicación y amor que ellos continuarían con pasión y honestidad. No obstante, la realidad de la cría de vacas requiere una atención constante y recursos considerables para lograr una producción exitosa. "Las vacas necesitan siempre mucha atención para que se pueda tener una buena producción, es necesario tener un veterinario constantemente, gente que las vigile y las cuide las 24 horas del día".
La sequía que afectó a la región en los últimos años complicó aún más la situación de los productores, incluyendo a los más pequeños como el tambo de Cristina. "Nosotros siempre yendo atrás de todos los problemas que hay. Los productores chiquitos hacemos muchos sacrificios, incluso los más grandes, el producir en Argentina es muy costoso. No llegamos", sostuvo.
La decisión de cierre se tornó inevitable cuando Cristina se enfrentó al desafío de resembrar los maíces, una inversión que no podía asumir. "Por qué tomo la decisión, porque tenía que volver a sembrar los maíces y era muchísimo dinero que no tengo, tenía que volver a comprar el maíz porque en la dieta del animal tenemos los silos, más el maíz balanceado y demás. No tengo para comprar, me iban a faltar como diez camiones de maíz".
A pesar de los esfuerzos por mantener el tambo en funcionamiento, Cristina lamentó que la sequía de este año acabó con sus recursos y reservas. "La sequía este año, venimos hace varios años con sequía, pero este año nos quemó todo", afirmó en diálogo con Radio Mitre Santa Fe
Cristina compartió su profunda tristeza al describir cómo el tambo, que tenía alrededor de 150 vacas, quedó finalmente inactivo. "Ahora el equipo está vacío, todos los equipos apagados, es triste y doloroso tener todo vacío, incluso no ver los animales".
La decisión de clausura no fue tomada a la ligera, y Cristina reconoció que un factor determinante fue el cambio constante en las reglas del juego del mercado. "La decisión de quiebre fue por el diferenciado del precio en el maíz para que se pueda vender y comprar, yo al comprarle a ese productor eso me di cuenta que no iba a llegar más. Acá no es productor contra productor es la regla del juego que cambian todo el tiempo y no se tiene en cuenta a quien puede perjudicar".
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