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Policiales

Crimen en Ataliva: la muerte de un hombre atormentado y la pista de la que habla el pueblo

El homicidio de Mario Ricarte conmocionó a la localidad de Ataliva, así como a la región, dadas las características del hecho. Quién era la víctima y qué se sospecha en la comunidad.
Agrandar imagen La casa donde vivía Ricarte, y donde fue asesinado.
La casa donde vivía Ricarte, y donde fue asesinado.

Mario Ricarte tenía 45 años y el miércoles poco después del mediodía apareció asesinado en su domicilio de la calle Primera Junta, casi en la intersección con Entre Ríos. La vivienda donde residía Riarte da frente al Norte, y está cerca de ese cruce de calles de calzada natural, con algunos baldíos en derredor y poco movimiento, aunque está a apenas dos cuadras de la avenida principal de acceso a la localidad. Nada extraño en un pueblo que conserva tradiciones de tranquilidad, lógicamente alteradas por el episodio siempre conmocionante que implica la materialización de un crimen violento.

Las primeras versiones indicaron que el cuerpo había aparecido en la vía pública, pero el dato no era real. La víctima estaba en la cama de su casa, donde fue hallado sin vida por familiares. Tenía una herida profunda en el cuello, efectuada con un arma blanca. Los investigadores que trabajaron en el lugar, dirigidos por el fiscal especial de Homicidios Dr. Martín Castellano, creen que esa fue la causa de la muerte, aunque serán los resultados de la autopsia los que terminen de aclarar dos o tres dudas fundamentales: si además de la puñalada mortal Ricarte había recibido también golpes; o un intento de asfixia, como mencionaban otras versiones; la hora de la muerte, es decir, el momento en el que fue asesinado -se presume bastante anterior a la hora del hallazgo- y cualquier otro dato que pueda resultar de relevancia. Dicen los forenses que los cadáveres "hablan", es decir, que pueden revelar información que resulte clave para el rumbo de una investigación.

¿Quién era Mario Ricarte?

En Ataliva nadie desconocía quién era Mario Ricarte. Cuando apenas cruzaba la frontera de la mayoria de edad, Ricarte se vio involucrado en otra muerte conmocionante para la localidad. También con armas blancas de por medio. En una pelea a la salida de un local bailable, apuñaló mortalmente a otro joven. Recuerdan los habitantes del pueblo que la víctima de aquél hecho, "Juanjo" Guglielmone, era sustancialmente ajeno a la pelea: se cruzó con intenciones de separar a los contrincantes y se atravesó en la trayectoria de una cuchillada que tenía otro destinatario.

Como fuera, el episodio ocurrió a fines de los años '90. En el anochecer del miércoles, cuando la morguera de Bomberos se había llevado el cuerpo de Ricarte, un policía recordaba que Ricarte había cumplido condena por aquél hecho, caratulado como "homicidio en riña", una figura que es más leve que la del homicidio simple. Ricarte estuvo unos años presos y cuando volvió a Ataliva, luego de "yirar" por algunos pueblos de la región, su vida ya estaba marcada por el estigma del asesinato.

Integrante de una familia con numerosa cantidad de hermanos, se recluyó en una vida solitaria, más cerca del alcohol que de la gente. Sobrevivía con changas y trabajos temporales, vivía solo, jugaba a las bochas con frecuencia y básicamente "no molestaba a nadie".

El camino de Moisés Ville

En la escena del crimen, los investigadores no hallaron ningún desorden extraordinario provocado por terceros. Sí la casa mostraba el desorden propio del estilo de vida de su único morador: un hombre con problemas de alcoholismo severo, poco dado al cuidado personal, que tenía pocas relaciones con terceros.

Los policías secuestraron un cuchillo, al que se llevaron para hacer pruebas de laboratorio. El fiscal Castellano era escéptico respecto a que fuera el arma homicida: no tenía manchas de sangre a la vista, y el entorno general de la escena del crimen tampoco permitía establecer conexiones.

Por cuestiones obvias, los investigadores reservaron cualquier dato que pudiera poner en peligro la investigación. Pero en Ataliva las versiones corrieron rápido. Mencionan que en los últimos días Mario había sido visto con un sujeto que no era residente de Ataliva. Que ese sujeto sería de la zona de Moisés Ville, y que estaba "aguantado" en la casa de Mario: Ricarte le habría dado albergue a un profugado por otra causa. Y por alguna razón, esa relación nacida de una "gauchada" entre personas que vivían en los márgenes de las convenciones sociales de un pueblo chico, explotó hasta convertirse en un homicidio.

La investigación recién comienza.

 

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