El Fondo Monetario Internacional (FMI) monitorea el proceso político argentino de manera muy especial. Se trata de su principal deudor, con un acuerdo que en los hechos está caído. El staff del FMI se prepara para la próxima negociación, que en Washington consideran que será muy dura. Así sea con Javier Milei o con Sergio Massa.

En las últimas jornadas, desde el Fondo Monetario aceleraron los contactos con consultoras económicas para tener de primera mano los últimos registros del escenario político y también de la dinámica económica. Los responsables del caso argentino quieren contar con datos, más allá de los reportes oficiales que a diario envían desde Economía y el Banco Central.

También hubo encuentros con representantes de bancos de Wall Street.

La desconfianza en el Gobierno actual es total, y la relación atraviesa el peor momento desde la asunción de Alberto Fernández en 2019. Aun peor que en los tiempos de máxima tirantez en la época de Martín Guzmán, que a su vez estaba bajo la presión de Cristina Kirchner.

La clave tiene que ver con las últimas gestiones de Sergio Massa en Washington, justo en la previa de las PASO.

¿Puentes rotos con Washington?

Los consultores que han mantenido contactos en las últimas jornadas con los representantes del Fondo coinciden en una cuestión: la postura del organismo se endureció después del último arreglo con la Argentina.

En esos encuentros reservados, los directivos del organismo que llevan el caso argentino aseguran que Massa incumplió con lo firmado en Washington en agosto.

Mencionan que, efectivamente, se había llegado a un acuerdo para una devaluación del 22% de una sola vez -que se sumó al 5% que ya había subido el dólar durante las primeras jornadas de agosto- pero que el ministro de Economía incumplió la segunda parte del pacto.

Concretamente, la idea era que tras ese salto discreto, el tipo de cambio debía continuar actualizándose mediante un crawling peg, similar al que se llevaba a cabo hasta el momento. Por lo menos en línea con la inflación, e incluso algún punto adicional.

El otro capítulo que rompió Massa, según la visión del Fondo, es el fiscal. El acuerdo hablaba de un rojo del 1,9% del PIB para este año, que claramente se excedió desde entonces.

El director de una de las consultoras más grandes de Buenos Aires comentó a iProfesional que hay ofuscación por el lanzamiento del "plan platita", que fue anunciado por Massa después de las PASO, y que implicó una suba del gasto público en torno a los $2 billones. "Eso rompió lo acordado", resaltó la fuente consultada.

La fórmula del fondo: "acciones previas"

Así como Massa genera enojo por lo sucedido desde agosto hasta acá, Javier MIlei tampoco suscita confianza.

"No tenemos idea de lo que es Milei. Qué trae entre manos, más allá de la publicitada dolarización", dicen los directivos del FMI que se encontraron con consultores y financistas.

Ante la consulta de los consultores argentinos, desde el FMI confirman que "no habría" dólares del organismo para llevar adelante una dolarización. Algo que se suponía pero que en estos contactos quedó más que claro.

Para la gente del Fondo, la máxima preocupación de un "Milei Presidente" es la gobernabilidad bajo su mandato. Aun cuando haya tenido el respaldo explícito del ex presidente Mauricio Macri.

Para situaciones como la que se presenta ahora en la Argentina, el Fondo tiene previsto un plan. Se lo denomina de "acciones previas". Esto es, que el país debe poner en práctica una serie de medidas antes de sentarse a renegociar un nuevo acuerdo con el organismo.

Hay un tema: el próximo vencimiento con el FMI cae el próximo 21 de diciembre, a pocos días de la asunción del nuevo Gobierno. "No hay manera de afrontarlo sin el desembolso de u$s3.000 millones correspondientes al programa que ya está caído", previene el último informe de la consultora Eco Go, de la economista Marina Dal Poggetto.

Todo al 21-11

La crisis económica, seguramente, abrirá un nuevo capítulo a partir del martes 21: el primer día hábil tras el balotaje.

Para nadie será lo mismo: si gana Massa, el mercado imagina una continuidad de los principales lineamientos conocidos hasta acá. Una postergación de la apertura del cepo cambiario y un posible desdoblamiento cambiario, con el objetivo de que el salto del dólar sea controlado.

La estrategia sería "ganar tiempo" hasta que ingresen los dólares de la cosecha, algo previsto recién para abril o mayo del año próximo. Hasta entonces, un desdoblamiento podría encararse con un dólar comercial en torno a los $500/$550 (a los precios de hoy) y un dólar financiero a los valores que ya existe en el CCL o en el MEP.

En cambio, un triunfo de Milei hoy es leído en el mercado como un paso a un escenario desconocido. Ayer, Emilio Ocampo insistió con el plan de dolarización en medio de versiones sobre tironeos del economista con otros referentes de La Libertad Avanza.