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Locales

Trabajo artístico colectivo para reivindicar la memoria en la ciudad

Estuvimos presentes en lo que fue la realización del cuarto mural, en el marco del proyecto “Memoria en la pared”, organizado por el Espacio de la Memoria de la ciudad, pero llevado adelante a través del trabajo colectivo y colaborativo. 

Charlamos con Gustavo Carpita, Ernesto Lenta y Daniel Martínez, quienes, desde distintos espacios se suman a este proyecto. 

En primer lugar, Gustavo Carpita expresó que se encuentran en los procesos finales del cuarto mural. En relación a las condiciones climáticas que complicaron la realización, comentó: “Ya venimos con una gimnasia de otros trabajos, nos demoramos unas horas, pero vamos bien a pesar del frío y la lluvia, lo terminamos”. 

Por su parte, Ernesto Lenta señaló que es trabajador de SEOM y por intermedio de ellos tuvo la oportunidad de participar en estos murales, que definió como “una experiencia muy buena, muy linda, aparte son cosas que te hacen bien y uno aprende cosas nuevas, practica algo distinto a la albañilería tradicional, que es lo que hago yo”. 

Gustavo Carpita es artista plástico y muralista, y explicó que la técnica que los convoca se llama esgrafiado, “es una técnica al fresco, es decir, se trabaja con revoque fresco, es una técnica relativamente sencilla, es muy antigua y consta de diferentes capas de revoque que se les agrega un pigmento para darle color y se superponen y sin esperar que sequen se empieza a raspar para que se vea el color de abajo”. Indicó que, tiempos atrás, esta técnica se usaba solamente para cuestiones decorativas, frentes o interiores de casa, y se utilizaba un patrón que se iba repitiendo. “En Argentina se empezó a utilizar el esgrafiado con fines discursivos, incorporándolo a la dinámica del muralismo latinoamericano. Esto se desarrolló mucho en el noroeste, en Corrientes y desde ahí se expandió al resto de Argentina, incluso hasta México”, aportó.

“Acá hicimos ya cuatro obras, homenajeando a desaparecidos, asesinados por la ultima dictadura militar, de acá de Rafaela y aplicamos este recurso”, comentó y resaltó la posibilidad que presenta este trabajo de generar posibilidad de expresión para distintos trabajadores, “en este caso trabajadores de albañilería, construcción y otras personas que vinieron a colaborar y por ahí no tenían conocimientos desde lo plástico, pueden llegar a tenerlos, puede llegar a hacerlos participar de diferentes maneras”, valoró Marcelo Carpita. Manifestó que el diseño en estos cuatro trabajos estuvo a cargo de David Ponroy, persona que hizo todos los diseños para los homenajeados. 

Por otra parte, Daniel Martínez colabora desde el primer mural y expresó: “Soy un buscador de síntesis de la historia, esto me lleva a la fotografía, a buscar y en la búsqueda me encuentro con un documental sobre el Chaco, de un compañero de Carpita, por eso me acerco cuando se hace el primer mural, fue una linda experiencia que mostró que era posible”. 

“Esto también es dejar un legado para mis hijos, de que no pase uno por la vida sin dejar un rastro, al menos en las paredes. Y plasmar la historia de quienes nos antecedieron y que vale la pena volverlos a recordar, porque compartimos ese ideal, que no se ha perdido y seguirá más vigente porque las generaciones como mis hijos deben comprender, entender y respetarlas sobre todas las cosas”, resaltó Martínez.

Mencionó que, en esta oportunidad, se trata de reivindicar las luchas de personas que no conoció, pero de los cuales se siente cercano, por compartir “en lo sentimental, en la ideología y en la forma de expresión que cada pueblo tiene, y eso es lo más importante para mí, ser parte, dejar plasmando en la historia de Rafaela, de las paredes, que mis hijos algún día puedan entender que algo hice por esa historia”. 

Agregó que esta experiencia le permitió obtener otros conocimientos, ya que en su caso actualmente trabaja en plomería, pero también conoce y realiza otro tipo de tareas y trabajos. “Algo particular, porque mi oficio no es solamente plomería, me he encontrado con estucados, acá pude comprenderlo y entenderlo y nada se pierde, todo se puede reciclar, todo se puede revivir y reconstruir si uno quiere y hay que tener voluntad, la voluntad de ponerle pilas con el frío y con el clima, pero no importa, ya es historia, ya somos historia”, valoró Daniel Martínez.

Para finalizar, Marcelo Carpita remarcó que este tipo de actividades son herramientas, modos de articular el ejercicio de la memoria, “ejercicio de reconocer cual es nuestra historia y como estamos tratando de emprender esto que es vivir socialmente, el vivir con otros, el comprender como fue la magnitud de algunos hechos históricos que no se tendrían que volver a repetir”.

“A través de estas herramientas artísticas lo que uno trata de hacer es, sobretodo encontrarse con el otro, el otro albañil, fotógrafo, investigador y uno que es trabajador de la cultura, es un coordinador técnico nada más. La gran excusa para poder juntarnos es a través del trabajo y por lo menos eso es lo que estamos tratando de promover. Ya lo hicimos cuatro veces y lo vamos a seguir haciendo porque hay equipo”, valoró. Remarcó la importancia del trabajo colaborativo y de todos los compañeros que no salieron en cámara pero que compartieron la actividad, también refirió a quienes se sumarán a las próximas y a quienes ya acompañaron en las oportunidades anteriores. 

 

¿Quién fue Yolanda Ponti?

Era la menor de cuatro hermanos, desde adolescente se interesó por los temas sociales. En conjunto con un grupo de estudiantes secundarios, conformó el AES (Acción de Estudiantes Secundarios) y sacaron una revista que se llamó “Qué hacer”.

Rafaelina que en 1975 se fue a estudiar Ciencias Sociales a Santa Fe. Tenía la idea de ser Asistente Social. Integró la Juventud Universitaria Peronista. 

Un año después, en medio de una persecución ideológica e inmersos en un ambiente de terror, Yolanda se mantuvo firme en sus ideales políticos. Producto de una ejecución sumaria fue abatida el 1 de diciembre de 1976, en la vía pública en la ciudad de Santa Fe. Precisamente en las calles 25 de mayo y Lisandro de la Torre. Tenía 19 años en ese momento.   

Su asesinato se produjo en la fecha señalada, cuando viajaba en el transporte urbano. 

Esta información fue extraída de horacero.com.ar. 

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