Rafaela Allimentos presentó ante las autoridades locales el primer boceto del ambicioso plan para el traslado de su planta industrial a una nueva ubicación. Durante décadas la imponente mole de seis pisos y tres subsuelos instalada en calle Paraná, con 60 mil metros cuadrados de superficie industrial, fue un monumento al perfil industrial de Rafaela, pero ya desde hace tiempo se convirtió en una imagen del pasado. Mientras décadas atrás la producción de cortes cárnicos y chacinados se movía entre secciones en las que los productos pasaban de un piso a otro por gravedad, el paradigma de la producción cambió sustancialmente desde hace tiempo a esta parte. Por ejemplo, cuando se diseñó la planta actual -que junto con el Hospital era uno de los pocos edificios que desafiaba al paisaje rural de esa parte de la ciudad- se terminaba de despostar un corte y ese corte se procesaba en otro piso inferior, usando un tubo que deslizaba la carne por gravedad. Con los años y la irrupción de las cintas transportadoras y otros conceptos de producción en donde la automatización reemplazó en buena medida al factor humano, las plantas comenzaron a tener un desarrollo que permita esa automatización, en donde cada máquina vuelca en la siguiente a través de un sistema mecánico.

Considerando la magnitud del desafío que plantea la mudanza a un establecimiento nuevo y moderno; y el monto de la inversión total –que rondaría los 50 millones de dólares-, la empresa decidió comenzar por lo principal: ya tiene decidido que destinará un predio de 40 has., ubicado con frente a la colectora Este de la Variante Rafaela, entre Bv. Roca y Ernesto Salva. Esto es, concretamente, al lado del establecimiento de la Cooperativa Guillermo Lehmann.

Naturalmente, una planta de la envergadura de producción que tiene Rafaela Alimentos, y apuntando a aumentar significativamente los volúmenes actuales, requiere una provisión muy grande de servicios: necesita mucho frío, vapor, aire comprimido, agua sanitaria, y todo eso requiere una infraestructura muy importante. Plantar un proceso nuevo implica que hasta la planta lleguen todos los servicios. Por eso es que el traslado se va a hacer en etapas.

La planta de elaboración de carnes y chacinados –principalmente fiambres cocidos- tendrá una superficie estimada en unos 28 mil metros cuadrados cubiertos. Pero no será un frigorífico común: aunque tendrá una planta de faenamiento de cerdos, el proyecto incluye la incorporación de tecnología de primer nivel para los procesos de producción y el cuidado del medio ambiente. En el mismo lugar, además, Rafaela Alimentos construirá allí su nueva sede corporativa, utilizando la importante vidriera que será la Variante Rafaela. Será, de hecho, una de las primeras empresas que pondrá “cara” a la nueva circunvalación de la autopista 34.

Etapa uno, tres años

Juan Lagrutta, hijo de Carlos y uno de los integrantes del directorio de la empresa, fue uno de los representantes de la firma que en el mediodía de este martes estuvo en el Salón Verde de la Municipalidad, donde se concretó una reunión informativa sobre el proyecto que incluyó al intendente Luis Castellano, a los funcionarios que integran la Secretaría de Producción del municipio, así como de las áreas ambientales y de habilitaciones; concejales y técnicos relacionados con la cuestión.

Al término del encuentro, Lagrutta dialogó con RAFAELA NOTICIAS y allí anticipó el carácter de la reunión con las autoridades del municipio. Lagrutta anticipó que el proyecto se consolidará sobre un predio de 40 has. y que "queremos comenzar con el movimiento de suelos y la preparación del predio, que de por sí será un esfuerzo económico muy importante". Sería "la etapa uno de un proceso que en total demandará 7 u 8 hasta que nos podamos mudar completamente, dentro de unos años", estimó. Esa etapa incluiría la primera mudanza, el área de elaboración de jamón cocida y feteado.

En ese contexto, dijo que "el sector va a tener una imagen totalmente distinta a lo que es un frigorífico tradicional. Vamos a tener allí nuestra sede corporativa y además se van a hacer todas lás áreas de servicios para el personal, incluyendo comedores, vestuarios, enfermería y todo lo relacionado con la empresa. Por eso no sólo estamos hablando de un proyecto de ingeniería, sino también arquitectónico, de modo que se puedan pulir todos los detalles para que el lugar sea un sitio lindo para ir a trabajar".

La planta se focalizará en la faena y desposte de cerdos y la elaboración de productos con valor agregado: jamón cocido, jamón crudo, bondiola, salchichas de viena, y todos los fiambres, más la sede corporativa que vamos a construir allí".

El empresario señaló que "todo lo que es un emprendimiento de estas características requiere muchísimas tramitaciones en el ámbito municipal, provincial y nacional. No se trata sólo de papeles para completar, sino de aspectos relacionados con el impacto ambiental y otras cuestiones que hacen a la sustentabilidad del proyecto. Por eso vinimos a este encuentro, que por cierto fue buenísimo, porque la idea fue contarles a todos cuál es el proyecto y que se puedan concretar las habilitaciones necesarias".

Otros dos proyectos importantes

Lagrutta también fue consultado sobre el convenio firmado con provincia y municipio para ir desarrollando otras dos iniciativas. Una tiene que ver con la constitución de un fideicomiso que se encargará de comercializar otro predio que el grupo Rafaela Alimentos posee, en este caso lindante al PAER y al Parque Industrial -sobre 500 Millas, entre Cerdán y Presidente Perón, para que se divida en terrenos que puedan destinarse a uso industrial por parte de empresas que estén requiriendo ese tipo de superficies. Y por el otro, un proyecto destinado a urbanizar las parcelas ubicadas al Oeste de la Terminal y al sur del Hiper Libertad, entre Iturraspe, 500 Millas, Balcarce y Ernesto Salva.

La idea es avanzar en las autorizaciones correspondientes, para distintas gestiones que van en paralelo pero que en algunos puntos se tocan, porque incluyen nuevas modificaciones al Código Urbano.

"Todo esto es un sueño muy grande. Vamos a empezar con la etapa uno de siete u ocho etapas. Ya la etapa uno nos va a llevar 3 años aproximadamente, porque es poner el punto de partida a todo. Pero luego también dependerá mucho de cómo avanzan los negocios. Las exportaciones ayudan mucho, y cuando surgen incertidumbres no nos permite avanzar en proyectos a largo plazo. Por suerte, más allá de algunos momentos puntuales, en los últimos años hemos tenido las certidumbres que siempre pedimos".