Si alguien tenía dudas acerca de que la emergencia que vive Rosario en materia de seguridad iba a tener consecuencias en Rafaela, esas dudas acaban de despejarse: en la jornada del sábado, cesó el despliegue de la Patrulla de Acción Táctica en Rafaela, cuyo desembarco en la ciudad fue una de las primeras acciones que tomó el exgobernador Omar Perotti cuando asumió su mandato. La salida de las PAT se nota en el lugar físico que ocuparon desde el 2020, cuando llegaron a Rafaela: la sede vecinal del barrio Guillermo Lehmann, en la primera cuadra de calle Oroño, quedó con dos fajas de clausura con sellos de la Patrulla de Acción Táctica, y detrás de un portón de vidrio se observan algunos enseres colocados contra la abertura, único resto visible de lo que fue la actividad de la PAT en la ciudad.
El traslado de los efectivos es un duro golpe a la capacidad de respuesta de la policía local ante la inseguridad que se vive en las calles, fundamentalmente en la reiteración de hechos contra la propiedad y de delitos predatorios. Las PAT constituyen una fuerza preparada para la intervención inmediata y de hecho, durante los cuatro años que permanecieron en Rafaela, se caracterizaron por ser de los primeros en llegar a los lugares donde se producían episodios graves, como balaceras, ataques armados contra personas, entraderas o episodios violentos.
La PAT esconsiderada una de las "policías especiales" que funcionan en la provincia -como las TOE, por ejemplo- y con Rosario convertida en escenario de una guerra sin cuartel, el traslado no es sorpresivo. En cambio, vale preguntarse hasta qué punto la atención a los desbordes que se producen en Rosario dejarán al resto de la provincia -Rafaela incluida- indefensa ante problemas de menor envergadura pero indudablemente muy preocupantes para las comunidades que en ellas viven.
Además, la lógica del perjuicio es clara: en una Unidad Regional V cuya principal dificultad es la falta de recursos humanos, en un departamento que tiene cuatro ciudades y más de 40 pueblos; que además tiene a Frontera ubicada en el mismo conglomerado urbano que San Francisco –donde en esta semana que terminó el sábado se produjo una crisis por amenazas narco contra la policía de esa ciudad, lo que obligó a la intervención personal del ministro de Seguridad cordobés, que relevó al jefe de policía del departamento San Justo y en el mismo día viajó a Rosario para entrevistarse con Pablo Cococcioni a fin de tratar precisamente el caso Frontera- , la baja de los efectivos de las PAT parece contradecir todos los esfuerzos de las autoridades locales para enfocarse en la lucha contra la inseguridad.
Desde el municipio las fuentes consultadas no lo ven de la misma manera. Iván Viotti, secretario Privado y de Comunicación, señaló que el desplazamiento es “temporal” y que “todas las fuerzas especiales de la policía provincial fueron trasladadas a Rosario. Nosotros desde la Municipalidad aumentamos la presencia de GUR en las calles, con más horas extras, y desde la URV nos han informado que se implementó el mismo sistema. Por eso en la calle no se ve el faltante de efectivos y los operativos continúan de igual manera, e incluso más que hace unos meses”
Viotti recordó que “las PAT son fuerzas de choque, actúan, pacifican y se desplazan. Ese es el concepto con las que fueron creadas. Durante el gobierno de Omar Perotti se utilizaron para suplir faltante de efectivos, Pullaro siempre tuvo en mente la reorganización de la Policía Provincial, por eso desde el minuto 1 de su gobierno sacó a la calle efectivos que estaban en oficinas”, subrayó el funcionario.
La historia de las PAT en Rafaela
El 4 de enero de 2020, a menos de una semana de la muerte de Gonzalo Glaría cuando perseguía a dos delincuentes que acababan de sustraer un teléfono celular a un menor de edad, y con la ciudad convulsionada por ese caso traumático, Perotti ordenó la instalación de las PAT en Rafaela, porque era la forma más rápida de engrosar el número de efectivos en las calles de la ciudad.
La llegada de las PAT a Rafaela fue celebrada por el oficialismo de entonces. Inicialmente fueron 20 los efectivos, pero ya en marzo de ese año eran 50. Luego hubo vaivenes, momentos en donde el despliegue fue variando en cantidad de personal, porque efectivamente la presencia de la PAT fue un “parche” para atender una emergencia, y esa solución transitoria se transformó en algo más permanente.
Queda claro ahora que no era un aporte permanente. Como no lo son las que se adoptan ahora para enfrentar la necesidad acuciante de personal en la calle: la manta sigue siendo corta. Cada vez más corta para cubrir un desafío, el de la inseguridad, que no para de crecer.
