Por Miguel González
El intendente electo Leonardo Viotti anunciará la integración de su gabinete y la nueva estructura orgánica que tendrá el Ejecutivo Municipal en la última semana de noviembre. Aunque la mayoría de las personas convocadas ya están definidas, todavía quedan muchas cuestiones importantes por resolver. Y hay certezas específicas: las actuales 13 secretarías que tiene el Ejecutivo Municipal se reducirán a 8. Algunas de esas secretarías ni siquiera tendrán rango de subsecretaría en el futuro esquema de gobierno. Será el primer gesto político de Viotti, que en campaña prometió ajustar el gasto político reduciendo la planta del personal de gabinete.
Actualmente, el organigrama incluye 13 secretarías y 3 subsecretarías, además de la Fiscalía Municipal. Ese esquema es el que caería a 8 secretarías, con algunos ejes temáticos ya definidos: Seguridad, donde estará Juan Manuel Martínez Saliba (con "b", se aclara); Hacienda, con Silvina Bravino; Obras Públicas, donde será secretario el Ing. Nicolás Asencio; Educación, con Norma Becchio (también con "b"); Producción, con Patricia Imoberdordf; Gobierno, a cargo de Germán Bottero; Desarrollo Urbano, donde trabajará la arquitecta María Emilia Vidal; y Desarrollo Humano, con Gabriel Cáceres. El abogado Matías Gentinetta será fiscal municipal.
Esas serían las grandes áreas temáticas, aunque resta definir qué incumbencias tendrán cada una y qué áreas que actualmente tienen rango de secretarías o subsecretarías se unificarán. Por ejemplo: Educación absorberá a Cultura, que en la futura gestión tampoco tendrá rango de subsecretaría, sino que será incluida enteramente en Educación, con un responsable específico que reportará a Becchio. Esta última, exdirectora del Colegio Nacional, ya tuvo varias reuniones tanto con Mariana Andereggen como con Claudio Stepffer, los secretarios salientes. Todavía no está el nombre del o la responsable de Cultura, pero el área -"estamos pensando en una coordinación", confió una alta fuente del futuro equipo de gobierno- podría quedar en manos de un representante del socialismo.
El socialismo fue un socio menor en Unidos para Cambiar Santa Fe, el sello que llevó al gobierno local a Viotti. En cambio, el PDP fue un socio mayor. Todo indica que no habrá dirigentes del partido de Lisandro de la Torre en el gabinete municipal. Pero no será por falta de voluntad negociadora del radicalismo, sino porque el PDP parece más enfocado en hacerse fuerte en el Concejo, con su ahora doble representación en las bancas.
Las prioridades
El área social es otra de las que todavía está reperfilándose. Desarrollo Humano -o el nombre que vaya a adoptar a partir del 10 de diciembre- absorberá a Salud. El hecho de que el Dr. Gabriel Cáceres sea quien esté a cargo del área simplifica las cosas: Cáceres tiene experiencia de gestión en la salud pública y en el trabajo territorial deberá contar con los equipos de personal de que dispone el municipio. Es el área más compleja, por el incremento de la demanda y porque el intendente electo quiere dedicarle especial atención. Viotti sabe que hay una franja creciente de la población que requiere mecanismos de asistencia que no pueden fallar y sobre esa premisa es una de las prioridades que pretende aceitar al máximo en el proceso de transición. La atención de la niñez y adultos mayores en situación de vulnerabilidad y la ayuda alimentaria -a través de comedores, viandas y refuerzos que se entregan a las familias- no puede ni debe faltar.
Auditoría -actualmente con rango de secretaría-, también dejaría de existir como tal, aunque los controles internos de gestión tendrían una persona a cargo. En la transición la contraparte de la secretaria actual, Cecilia Gallardo, es la actual titular de la Cámara que nuclea a los dueños de bares y restaurantes, Silvina Imperiale. Está por definirse el rango que tendrá Deportes -con el presidente de 9 de Julio, Hugo Morel, al frente- y a qué área estará subordinada.
Un rol importante tendrá el secretario privado, Iván Viotti. Es la mano derecha del intendente electo y un armador fundamental de su esquema de colaboradores. Iván Viotti será un "jefe de gabinete" en las sombras, aunque está claro que la Jefatura de Gabinete -siempre cuestionada por JxC- será el primer casillero que volará de la estructura orgánica. El hermano del intendente electo se encargará de las vinculaciones institucionales con los medios de prensa -la oficina operativa de comunicación estará a cargo de la periodista Micaela Morra- y su influencia política se hará sentir en todo el esquema de gabinete.
En cuanto a la organización del resto de las áreas, por supuesto Seguridad es otra prioridad. Juan Manuel Martínez Saliba tiene residencia en Rafaela desde hace muchos años, y aunque sustancialmente no se conocen detalles de su trayectoria, se sabe que tuvo desempeño en fuerzas de seguridad provinciales y que mantiene estrecha relación con personas que integrarán el equipo de gestión en Seguridad durante el gobierno de Maximiliano Pullaro.
Todavía no se definió qué representación tendrán en el Ejecutivo áreas claves como Servicios Públicos -que en distintas gestiones municipales estuvo asociada a Obras Públicas- y Medio Ambiente. En algún momento se especuló con la posibilidad de que se eliminara el Instituto de Desarrollo Sustentable, pero en cambio puede suceder que este organismo quede a cargo de la política ambiental del Ejecutivo. El ICEDeL, en tanto, será presidido por Germán Bottero, que ya tiene participación como representante del Concejo en el directorio del Instituto.
Hay otras funciones muy importantes que requieren especial atención. Informática, por ejemplo. Manejar todos los sistemas administrativos internos -desde la comunicación interna entre los funcionarios hasta el funcionamiento y accesibilidad de la red de computadoras- y las herramientas virtuales puestas al alcance de los vecinos a través de distintos programas requiere conocimientos técnicos, experiencia comprobable y confianza política, tres requisitos que no resulta fácil completar.
El perfil de los elegidos
Hay otros datos salientes. Futuros funcionarios como Cáceres y Bottero vienen del tronco político de la alianza que gobernará la ciudad. Pero otros, como Bravino, Imoberdorff, Vidal y Asencio, vienen de la actividad privada y nunca habían hablado con el intendente electo hasta después que éste ganó las elecciones. No tienen militancia partidaria y no participaron de la campaña, sino que llegarán al cargo con perfiles netamente técnicos. Esto configura un doble desafío. Por un lado, el salto de la actividad privada a la pública, con todo lo que ello implica en materia de adaptación a los tiempos y los requisitos que demanda la gestión de los asuntos públicos; sino también el hecho de que se articule cada área con la conducción política del Estado local.
Una incógnita natural es cómo responderá cada uno de los elegidos una vez en el cargo. "Todos saben que ninguno va a ser candidato a nada en 2025. Es decir: no designamos secretarios para que se posicionen políticamente para ser candidatos a concejales dentro de dos años. Se tienen que enfocar totalmente en la gestión", dicen en el entorno de Viotti. Ahora, hay otro factor a considerar. Una cosa es entenderse con Germán Bottero, después de años de militancia y responsabilidades compartidas; y otra es hacerlo con un técnico con el que el intendente haya hablado media docena de veces. El margen de error es mucho mayor, pueden fallar muchos factores.
En un ejemplo práctico: se convoca a una persona con un intachable CV y desempeño brillante en la actividad privada. Pero llega a un área donde tiene que manejar a empleados públicos, con usos y costumbres arraigados y lealtades por comprobar, y las chances de que ese técnico brillante tenga un tropezón son grandes. Y que el intendente descubra que algo salió mal cuando el carro está marchando y los melones se empiezan a acomodar, como reza el viejo dicho popular. Para manejar esos imprevistos deberá estar preparado Viotti, que también tendrá compromisos particulares asumidos: ¿cómo hace para decirle a un funcionario que no está cumpliendo con sus expectativas y que debe dar un paso al costado si antes tuvo que convencerlo -y se supone que darle algunas seguridades- de que abandone su zona de confort para trabajar en el municipio?
Mientras tanto, la transición avanza y el 10 de diciembre está a la vuelta del calendario...
