Decidido a romper todas las estadísticas, el clima sigue dando que hablar en Rafaela. Luego de un cierre de verano marcado por una sequía extrema, con cuatro semanas consecutivas sin ninguna precipitación y con una prolongadísima ola de calor que transformó a los primeros 20 días de marzo en una verdadera pesadilla de agobio y fastidio, este miércoles finalmente llegó la lluvia tan esperada. Y precisamente llegó con todo: en doce horas cayeron 129 mm., igualando la precipitación más intensa en un sólo día de los últimos diez años.
Según los registros de la Estación Meteorológica local, ubicada en el aeródromo, las precipitaciones comenzaron a las 3.26 de la mañana. Ya a las 7 de la mañana se medían 77 milímetros en el pluviómetro, lo que da una pauta de la intensidad del fenómeno.
Luego de una breve pausa de dos horas en las que cayeron solamente dos milímetros, el temporal se reanudó cerca de las 9.30 y puso a prueba los desagües de las calles. Para las 3 de la tarde, cayeron otros 50 mm. Con esos números, la precipitación de la víspera prácticamente igualó la del 11 de noviembre de 2018, cuando cayeron 130 mm. en un solo día.
La Estación Meteorológica que funciona en el aeródromo de Rafaela cuenta con estadísticas desde el año 2013. El récord de lluvias en un mes lo tiene abril del 2016, cuando cayeron en total 401 mm. Hubo inundaciones en toda la región, pero es un mes que se recuerda especialmente porque hubo 16 días continuados sin que apareciera el sol entre el manto de nubes que cubría a la región. La mayor precipitación en un día en ese mes de abril se registró el primer día, con 97 mm.
Para un mes de marzo, en tanto, el mayor registro pluviométrico en un día se dio -siempre hablando sólo de los últimos diez años- el 1 de marzo de 2013, con 78 mm. Y el mes de marzo más lluvioso fue el del año siguiente, 2014, con 223 mm. Hasta el martes, el de 2023 pintaba para ser el más seco no sólo de la última década, sino de toda la historia rafaelina: prácticamente no hubo registros en los primeros dos tercios del mes.
Desagües
En cuanto al sistema de desagües, se puso a prueba por primera vez el funcionamiento del nuevo entubado de calle Tucumán. Y funcionó a la perfección: en todo el recorrido de esa arteria prácticamente no hubo en ningún momento agua acumulada en la calzada y en todo momento estuvo totalmente transitable el sector de la esquina con Dentesano, donde habitualmente se formaba una verdadera laguna. En cambio, fue muy complicada la situación en Sarmiento, entre Ciudad de Esperanza y el Paseo de las Artes: el agua cubrió no solamente la calzada, sino también la vereda, y hasta el propio gobernador Perotti tuvo que "arremangarse" para entrar al Viejo Mercado, donde a las 10 se llevó adelante un acto de licitación. Hubo autos que subieron a la vereda y muchas personas a las que no les quedó otra que sumergirse con el agua por encima de los tobillos para poder cruzar la calle.
Perotti declaró luego su satisfacción por el funcionamiento de la obra de calle Tucumán y apuntó que ahora deberán concretarse desagües secundarios para eliminar los problemas que persisten en Sarmiento, en Almirante Brown, en avenida Brasil y en calle Ameghino, cuyos desagües tributan al emisario principal de calle Tucumán. Esas obras no podían ni siquiera proyectarse sin tener terminado el entubado de Tucumán, dado que acelerar el desagote de las tributarias hubiera tenido un efecto devastador sobre los frentistas de aquélla.
Otro lugar donde hubo problemas fue la Placita Honda, sitio en el que no funcionaron las bombas extractoras. Desde hace semanas hay problemas con las bombas que sacan agua de napa en ese lugar, pero ahora la lluvia dejó al descubierto que el sistema de desagote de la plaza está fuera de servicio y la zona central del tradicional paseo de barrio San Martín quedó bajo el agua.
