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Locales

Domingo de Ramos: Monseñor Torres llamó a reconstruir la autoridad desde la humildad

El obispo lo dijo durante la tradicional ceremonia de bendición de los ramos, que se concretó en la plaza 25 de Mayo ante los fieles que asistieron a la misa
Monseñor Torres durante la celebración.

En todo el mundo millones de católicos celebran en este día el Domingo de Ramos, como se llama al sexto domingo de la Cuaresma-coincidente con el inicio de la Semana Santa-, que conmemora la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, mencionada en los Evangelios. La ceremonia de la bendición de los ramos de olivo simbolizan a las ramas de palma que la multitud esparció frente a Jesús cuando él entraba en Jerusalén.

En Rafaela, la misa del domingo de Ramos fue presidida por monseñor Pedro Torres, el obispo Diocesano, y la bendición de los ramos se realizó en la plaza 25 de Mayo, al pie del Monumento al general San Martín. Allí, Torres convocó a los fieles a “no hacernos los burros” y encarar un camino que nos lleve a ser “mansos y humildes”, convirtiendo el concepto de autoridad –en toda la amplitud de la palabra- en una actitud de humildad y servicio.

Torres recordó que el Evangelio dice que “Jesús necesita (para ingresar a Jerusalén) una burra que está con su cría. Yo soy de Córdoba, la tierra de los burros. En la antigüedad ese animal era sinónimo de vagancia: ‘no te hagás el burro, no querés trabajar’; o signo de testarudez. Pero también era signo de humildad. El hecho de que Jesús entre a Jerusalén en un burro y no en un caballo de reyes, nos muestra quién es Jesús. Él es rey, pero un rey distinto: un rey de humildad, de servicio, un rey que viene a dar la vida por nosotros”.

La tradicional bendición de los ramos de olivos.
La tradicional bendición de los ramos de olivos.

“El primer pensamiento entonces es descubrir este signo. El Señor necesita que no nos hagamos los burros y convirtamos nuestro concepto de autoridad, para que la autoridad sea servicio. Nos va a decir lo mismo el Jueves Santo, para que nos demos la vida unos por otros por amor. Eso es lo que nos hace dignos”, subrayó.

Antes de encabezar la corta procesión hacia el edificio de la Catedral, el obispo exhortó a “entrar con Jesús y aclamando a Jesús, diciendo Señor Sálvanos. Vamos a entrar (a la Catedral) juntos, todo un signo en un momento en que la Iglesia habla con una palabra difícil: sinodalidad. ¿Qué es sinodalidad? Caminar juntos. ‘Odos’ significa caminar. ‘Sin’ significa con otros. Hagamos camino con otros”.

En la misma línea, pidió que “entremos a la Semana Santa para conocer a Jesús, para amar a Jesús, para fascinarnos con Jesús, para agradecer a Jesús, para decir como tantas veces en la oración: Señor, te necesitamos. Señor, queremos conocerte. Señor, Gracias porque me amaste hasta dar la vida por mi. Estos ramos de olivos, que luego tenemos que poner en casa detrás de una Cruz, que son un signo de oración, de bendición, son el signo de que hoy hemos querido decir Señor, te recibimos, y no nos vamos a hacer los burros: queremos aprender a ser mansos y humildes de corazón”.

 

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