Por Julio Armando
El Municipio de Rafaela contruyó dos corrales (previa licitación con un presupuesto de 7 millones de pesos) con capacidad de albergar a 200 caballos, con la intención de dar solución a una problemática que viene desde hace años y que se agrava cada vez más, como lo es que estos animales anden sueltos en la vía pública. Los corrales comenzaron a funcionar en junio pasado, y en los primeros días llegaron a registrarse 91 caballos, de los 250 que se estima había en ese momento sueltos (ahora hay más), comprometiéndose los dueños de los equinos a llevarlos a los corrales municipales. Allí el Estado local les iba a dar agua y los dueños tenían que hacerse cargo del alimento y de la atención veterinaria. El tiempo transcurrió, y los reclamos de los vecinos nunca cesaron - sino todo lo contrario- por la cantidad de animales que siguen circulando por calles, patios y veredas de los barrios Barranquintas, N° 42, Mora, Los Arces, 2 de abril, Monseñor Zaspe y San José.
Al momento del cambio de gestión el 10 de diciembre, en los corrales municipales ubicados en Av. Italia -pasando el barrio Mora- y en Río de Janeiro -al este del barrio 2 de abril-, solamente se reportaron 9 animales encerrados, mientras que en la actualidad ya prácticamente no queda ninguno. Por lo que la inversión de fondos públicos quedó hecha, pero sin los resultados esperados por el momento.
En barrio 2 de abril andan grupos de a 6 o 7 caballos juntos, en total unos 30, que pertenecen a unas 5 familias que tienen media docena de animales cada una. En barrio Mora circulan unos 12 equinos, en tanto otros son atados en los terrenos donde no hay construcciones, en la plaza o en la cancha de fútbol para que se alimenten. Son traídos del barrio Monseñor Zaspe, según comentaron los vecinos. En Av. Italia, antes de llegar a Corti, se ubica un predio rodeado con alambre por un particular, el cual encierra los caballos allí (vecinos se quejan de los olores) y cuando no queda pasto, los larga por el barrio. Las familias que tienen caballos en Barranquitas los cruzan a un terreno ubicado en Woodgate y Rodriguez en barrio San José, pero en ocasiones los animales se escapan y caminan por las calles y veredas de este último sector. De allí llegan incluso a cruzar el Bv. Lehmann hacia barrio Los Arces o hacia un campo detrás de Apadir. En Los Arces, los animales también son dejados en ocasiones en baldíos, y de allí empiezan a deambular.
El reclamo en todos los sectores mencionados se repite: los animales rompen bolsas, ensucian las calles y veredas, generan riesgos en el tránsito cruzando avenidas, a veces galopando porque son corridos por los perros, y "de milagro todavía no hay que lamentar una tragedia", le dijo a RAFAELA NOTICIAS uno de los dirigentes barriales consultados. Los reclamos ya fueron planteados por vecinalistas a cuanta autoridad pudieron y en cuanta reunión tuvieron la oportunidad de hacerlo, incluso en forma de denuncia policial. Ahora se espera que la nueva gestión actúe con mejores resultados, pero al parecer la situación se hace cada vez más compleja e insostenible.
Los corrales municipales lucen vacíos, algunas fuentes consultadas por RAFAELA NOTICIAS aseguran que la Justicia no está actuando, y que falta esa "pata" para que el proyecto original funcione. Es decir, que los fiscales determinen el secuestro de los animales que andan en la vía pública. Pero otros señalan que si eso pasa, luego en los corrales municipales habrá que poner cuidadores o custodia para que los dueños de los animales no vayan a buscarlos de noche. También la pregunta que surge es, ¿si se secuestran decenas de caballos, quién se hará cargo del mantenimiento de los mismos?
Una curiosidad que se da en Rafaela, es que los equinos son prácticamente utilizados como "mascotas", a diferencia de lo que pasa en ciudades más grandes donde se los usa para tirar carros. "Acá es una cuestión cultural", declaró un integrante de una fuerza de seguridad. Por lo que su propuesta es que uno de los trabajos a realizar sea el educativo. Pero está claro que además de eso, se necesita una intervención con resultados más rápidos en el tiempo.
