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Judiciales

Otra vez la seguridad de los fiscales en la mira

La agresión sufrida por la Dr. Ángela Capitanio por parte de familiares del acusado a la salida Tribunales, hace replantear el funcionamiento de los esquemas que deben garantizar la integridad de quienes trabajan para que haya justicia. ¿Qué falló esta vez?

Lo sucedido con la Fiscal Dra. Ángela Capitanio este miércoles a la salida de Tribunales cuando fue agredida por familiares de un acusado, remite a otro hecho violento que le tocó sufrir hace dos años atrás a su par Dr. Guillermo Loyola. Y que también prendió las alarmas por lo que pasaba en las salas de audiencia de la Oficina de Gestión Judicial. "Yiyo" Ramallo le había lanzado a Loyola un cesto de basura de metal que tenía a mano lesionándolo en la cabeza, y solamente la suerte, hizo que la cuestión no fuera más grave desde el punto de vista físico para el acusador, que en ese momento se convirtió en víctima. 

 

Siempre se habló de que las instalaciones de la Oficina de Gestión Judicial no están preparadas como corresponde, o por lo menos la mayoría de ellas, para evitar hechos de violencia. En época donde no hay pandemia, los fiscales entran y salen por la misma puerta que los familiares del acusado, estos últimos se sientan a corta distancia de las víctimas o de sus allegados separados a veces por un policía o un par de periodistas. Todo en lugares reducidos donde ante cualquier contingencia sería difícil realizar una  evacuación rápida. Con ventanales comunes que dan a la calle dejando expuestos a quienes se encuentran adentro del edificio. A pesar de la buena voluntad de quienes trabajan en la Oficina de Gestión Judicial, mientras no se resuelvan cuestiones de fondo el peligro seguirá latente. 

¿Qué falló ahora con Capitanio?

La Fiscal y su secretaria bajaban por las escalinatas de Tribunales cerca del mediodía de este miércoles, luego de conocerse la condena a 10 años de "Patito" San Lorenzo. Ambas fueron increpadas verbalmente por varias mujeres, pero dos de ellas terminaron golpeándola. Las dos mujeres policías que custodiaban a las representantes de la Fiscalía se vieron desbordadas por la situación y no lograron frenar el ataque. La Fiscal logró ingresar nuevamente a Tribunales donde fue resguardada por otros agentes policiales y las agresoras quedaron finalmente detenidas. ¿Debía Capitanio salir por la misma puerta donde estaban las familiares del acusado? ¿Por qué desde la Dirección General de Coordinación con la Oficina de Gestión judicial no pidieron refuerzos a la Unidad Regional V para prevenir este hecho, si sabían que había personas esperando afuera? Y si no lo sabían, ¿no pudieron corroborarlo antes? Hasta donde pudo averiguar este medio, el pedido de refuerzos a Jefatura llegó recién después de la agresión y no a modo preventivo. ¿No debía haberse evacuado la vereda primero antes de que salga la Fiscal? ¿No están quedando demasiados expuestos, no sólo los fiscales, sino también sus bienes ante estas situaciones dado que generalmente estacionan sus autos frente a Tribunales sin ningún tipo de resguardo? Lo de Capitanio, como lo de Loyola, vuelve a hacer sonar las alarmas respecto a la seguridad de los fiscales en Rafaela y la necesidad de ajustar las medidas que garanticen que la Justicia, y quienes buscan la misma, trabajen con tranquilidad. 

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