En la jornada de este miércoles, en los Tribunales de la ciudad de Rafaela, se llevó a cabo la Audiencia de medida cautelar contra Pedro G; un sujeto de 28 años, quien está sospechado de haber participado de un ataque a balazos, contra una mujer en barrio Barranquitas. Según la denuncia de la Fiscalía, el acusado llegó a bordo de una motocicleta, junto a un cómplice todavía no identificado, hasta una vivienda emplazada en calle Jaime Ferré al 500 aproximadamente.
Este segundo sujeto, tras descender e intercambiar unas breves palabras con su víctima, abrió fuego de manera indiscriminada contra la mujer, pero, afortunadamente, ninguno de los disparos logró herirla. Una vez culminado el ataque, ambos huyeron a toda velocidad del lugar. Por dicho hecho el Fiscal Gustavo Bumaguin solicitó la prisión preventiva sin plazo para el acusado.
Por su parte, la defensa a cargo de los Doctores Carlos Farias Demaldé, y José Maria Silvela, solicitaron medidas alternativas, debido a que entre otros argumentos, aseguraron que se defendido no estuvo presente en el lugar señalado, y no hay prueba alguna que así lo demuestre. Luego de escuchar a cada una de las partes, víctima del hecho incñuída, quioen aseguró que el sujeto presente era quién conducía la moto de la cual le dispararon, la Dra. Cristina Fortunato, dio a conocer sus argumentos. La magistrada expresó que no hubo secuestro de elemento alguno que incrimiene al sujeto. También explicó que hay alguna duda en cuanto a cuál fue la participación o si hubo coautoría con una persona que todavía no fue identificada, y refirió que no cuenta con antecedentes condenatorios. Teniendo en cuenta esto, decidió otorgar la libertad a Pedro G. bajo las siguientes medidas alternativas:
-Fijar domicilio fuera de Rafaela, donde deberá firmar semanalmente en la Comisaría.
- Prohibición de ingresar a la ciudad de Rafaela.
-Prohibición de contacto con cualquiera de las personas relacionadas a la causa.
-Prohibición absoluta de tener o portar arma de fuego.
¡SIGAN DEFENDIENDO SICARIOS!
Esta es la frase que se escuchó en plena audiencia, proveniente de la misma víctima, quien al escuchar los argumentos de la Jueza, adelantando la libertad, lo gritó delante de cada una de los presentes, y luego decidió abandonar la sala.
