En Rafaela hay muchas pymes que se dedican a la producción de alimentos. Empresas emblemáticas del sector a nivel regional, como Marengo, que desde hace décadas fabrica golosinas en su establecimiento del barrio 9 de Julio, u otras pymes que producen artículos tales como alfajores, chocolates, productos de copetín, y alimentos variados. Una industria hecha con mucho esfuerzo, sobre todo de emprendedores, que se animan a competir contra gigantes del sector, nacionales y de capitales extranjeros también.

Actualmente, el sector no está atravesando su mejor momento, sino todo lo contrario. Como sucede con todas las empresas que trabajan en el mercado interno argentino, la brutal caída del poder adquisitivo de la población impacta fuertemente en sus niveles de ventas. Y al caer la facturación, comienzan las dificultades para afrontar los compromisos más inmediatos, incluso con los trabajadores.

Nicolás González es el secretario general del Sindicato de Trabajadores de la Industria Alimenticia de Rafaela. En el marco del paro general de la CGT del jueves, participó del encuentro que la central obrera local realizó en su sede de calle Arenales y allí se refirió a la coyuntura que atraviesan los trabajadores

"En Rafaela todas las industrias alimenticias son pymes y la verdad es que se está sufriendo muchísimo. Van a sufrir las pymes y las grandes también, por la apertura de las importaciones. Nosotros a nivel local estamos con muy pocas ventas, sobre todo en la principal empresa que tenemos en Rafaela, que es Marengo, donde las ventas de golosinas han caído mucho. Pero también está afectada la venta de chocolates o las que hacen productos de copetín".

González señaló que "lo que vemos es que a las empresas se les complica mucho pagar los salarios. Nos están pintando una realidad que ya conocemos, y que tratamos de transmitir. Hay una gran preocupación y también vemos una falta de visión de parte del gobierno nacional y provincial, en tomar esto con la responsabilidad que corresponde".

"A nosotros nos preocupa especialmente lo que va a pasar en el futuro cercano, porque si vemos lo mal que lo están pasando las empresas ahora que estamos en el momento pico del año de la venta de alimentos, que corresponde a esta época del año, no quiero pensar en lo que va a pasar en los meses de octubre, noviembre y diciembre", apuntó también.

González cerró su diálogo con los medios refiriendo a los temores que hay entre los trabajadores ante la realidad. "En el caso de Marengo, estamos sufriendo el desglose del salario, con un acuerdo de partes, priorizando los puestos de trabajo. Se vende casi un 50% menos de lo que se debería estar vendiendo en estos momentos. La preocupación nuestra es qué va a pasar a fin de año, cuando las clases se terminan, se venden menos golosinas, menos chocolates, menos productos de copetín. Hoy la gente tiene otras prioridades y no compra los productos que nosotros producimos".