En la tarde de este sábado se apagó la vida de una leyenda del automovilismo argentino: murió Juan María Traverso, ídolo de generaciones, talentoso como pocos y un piloto extraordinario que brilló en las categorías nacionales y tuvo proyección internacional.
La noticia sacudió al país y ocupó -apenas fue confirmada por la Asociación de Volantes Argentinos, la institución que presidía el propio Traverso- los principales portales del país. Fumador empedernido, hasta el punto de que se jactaba de tener cigarrillos incluso dentro de los autos de carrera, una enfermedad pulmonar terminó siendo la causa principal de su fallecimiento.
Nacido en Villa Ramallo, donde se produjo su fallecimiento, su camino en el Turismo Carretera en 1971, compitiendo profesionalmente durante treinta y cuatro años en la máxima categoría a nivel nacional. En ese lapso, logró hacerse de seis campeonatos en los años 1977, 1978, 1995, 1996, 1997 y 1999. Alternó su participación corriendo para Torino, Ford y Chevrolet.
Paralelamente, el «Flaco» logró siete títulos en el Turismo Competición 2000 en los años 1986, 1988, 1990, 1991, 1992, 1993 y 1995. Y en el Top Race, cosechó los tres títulos restantes en su palmarés, con la conquista de la temporada 1998, 1999 y 2003. En varias oportunidades ganó en Rafaela, donde siempre fue protagonista en cuanta competencia se hubiera desarrollado mientras estuvo en actividad. En el caso del TC 2000, fue el más ganador en el Templo rafaelino: seis victorias acreditan su dominio.
Polémico y frontal, conocido por sus estallidos de malhumor pero también brillante como piloto, incursionó también en el automovilismo europeo, donde llegó a participar en la Fórmula 2. Integró equipos legendarios, como el Ford de los años '70 en TC; el Renault que dirigía Oreste Berta en el TC 2000; y sus autos violeta, patrocinados por un correo privado, marcaron épocas en la memoria de los aficionados.
Posteriormente a su retiro en el año 2005, Juan María Traverso incursionó como presidente de la Asociación Argentina de Volantes (AAV), entidad que condujo hasta su deceso. Tenía un museo donde guardaba réplicas de los autos con los que corrió, que seguramente será un nuevo santuario para los amantes del deporte de los fierros.
Los restos serán velados el día domingo de 13 a 18 hs. en la Parroquia Cristo Salvador, Rivadavia 69 (Villa Ramallo, Buenos Aires). El mundo del automovilismo se prepara para despedirlo con todos los honores.
