En la mañana de este lunes, en los Tribunales de Rafaela, se realizó, de manera virtual, una audiencia de revisión de la prisión preventiva impuesta contra Emanuel S., quien se encuentra acusado de abusar de sus dos sobrinas cuando éstas eran menores de edad. 
La audiencia estuvo presidida por la Jueza Cristina Fortunatto y fue seguida por el Fiscal Gustavo Bumaguin en representación del MPA, los Dres. Mosconi y Oroño por parte de la defensa y también estuvieron las dos víctimas junto a sus abogados por parte de la Querella. 


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Según pudo conocer Rafaela Noticias, tras los argumentos de ambas partes, la Jueza Fortunatto volvió a convalidar la tesis fiscal y denegó el pedido de libertad realizado por la defensa y confirmó la medida impuesta en marzo del 2021, cuando dictó el encierro preventivo del encartado. 
Más allá de esta decisión, cabe recordar que, a principios de junio de este año, Rafaela Noticias había accedido a información que daba cuenta de la presentación por parte de la Defensa ante la Cámara de Apelaciones, donde se recusaba al Juez Javier Bottero, argumentando que el magistrado no habría sido imparcial en audiencias anteriores, entendiendo, que había adelantaba que el acusado sería condenado a una pena alta.  

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En ese entonces, el magistrado había argüido que no se trató de un adelantamiento de la pena sino de “un pronóstico razonable” de la pena del delito, la cual sería alta, y por dicho motivo solicitó en su momento, la prisión preventiva.  
Hasta ahora, todos los argumentos en el plano judicial de la Defensa continúan fracasando, mientras apuestan a la presión social, sosteniendo que tanto las resoluciones de Bottero como del Fiscal están cooptadas por la “Ideología de Género”.     

Las disputas en el plano declarativo habían comenzado ya en la audiencia de medidas cautelares celebrada el año pasado, cuando Emanuel S. se sentó en el banquillo de los acusados y su defensa sostuvo que las acusaciones de las víctimas se trataban de un engaño. 


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En tanto, el Juez Bottero, al momento de fundamentar el encierro preventivo del encartado, se preguntó si es lógico que dos adolescentes inventen una historia para perjudicar al imputado a sabiendas de que debían luego someterse a exámenes psicológicos e invasivos estudios médicos. Y sentenció que es una “Postura misógina el no creerles a las víctimas”.